Sinuoso se deslizaba por los tejados de Paris. Se deslizaba con la agilidad propia de un gato negro entre la oscuridad luminosa de la capital. Rodeaba chimeneas y saltaba sobre tejas, de tejado en tejado, y de vez en cuando paraba, ya exhausto, para observar el firmamento terrenal: Las calles renqueantes como ríos de lava, las ventanas iluminadas como estrellas, los coches imitando a cometas en el cielo, y los transeúntes cuan hormiguitas saliendo y entrando de sus hormigueros novecentistas. El Seine fisgoneaba curioso por detrás de los edificios, y la Torre Eiffel observaba omnipresente a su recién proclamado reino, irreverente desafiando a la blanca luna asomándose tras la nube pasajera.
Sinuoso se deslizaba por los tejados de París. Sentía la rugosidad de las tejas centenarias bajo sus patas, sentía el frío del metal corroído de las chimeneas, sentía la levedad del aire saltando de casa en casa. Y todo eso le gustaba, porque Sinuoso nació para eso, y morirá por ello.
20 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tu refugio
Un día lluvioso. Escapas de la humedad, quieres refugiarte del frío. Y entonces lo ves. Corres hacia él chapoteando con los zapatos y entras:
es un Café. Sillones mullidos, mesitas de ébano. El olor flotante de la canela, el cacao y, naturalmente, del elixir de la vida. Periódicos en las esquinas, tazas vacías en las mesitas pegajosas. Despojándote del abrigo chorreante, te sientas y pides un capuccino. Sorbes la espuma espolvoreada con cacao echando una ojeada por la ventana. Y entonces te das cuenta que eres feliz.
Bienvenido al Café Odeon.
es un Café. Sillones mullidos, mesitas de ébano. El olor flotante de la canela, el cacao y, naturalmente, del elixir de la vida. Periódicos en las esquinas, tazas vacías en las mesitas pegajosas. Despojándote del abrigo chorreante, te sientas y pides un capuccino. Sorbes la espuma espolvoreada con cacao echando una ojeada por la ventana. Y entonces te das cuenta que eres feliz.
Bienvenido al Café Odeon.
Sigue así, me parece que captas bien las ideas. Me tiene muy interesado este blog.
ResponderEliminarP.D. Novecentistas no, decimonónicos.
gracias:) novecentista, modernismo
ResponderEliminar